El arte de hacer justicia

Fragmento de “Los Viajes de Gulliver” , Jonathan Swift , 1726 :
Edición original traducida por Ana von Rebeur

Mi amo quería saber lo que yo entendía por la ley y los encargados de administrarla, de acuerdo al presente práctica en mi país, porque él pensaba que la naturaleza y la razón eran suficientes guías para un animal racional , como nosotros fingíamos ser, como para que pudiéramos saber qué deberíamos hacer y qué evitar.
Le aseguré que la ley es una ciencia de la cual yo no sabía mucho más que el hecho de que se trata de emplear abogados en vano en cuanto alguien me hace una injusticia. Pero le dije que trataría de explicarle todo de la mejor manera posible.
Le conté que había un grupo social entre nosotros, criados desde jóvenes en el arte de probar - a través de palabras multiplicadas a tal efecto-, que lo blanco es negro y lo negro es blanco , dependiendo de cuánto le paguen por ello.
Para este grupo social, todo el resto de la gente son esclavos de ellos. Por ejemplo, si mi vecino quiere llevarse a mi vaca, tiene un abogado que prueba que él puede llevarse a mi vaca. Entonces yo debo contratar a otro para defender mi derecho, siendo contra las reglas de la ley que a ningún hombre se le permita defenderse por sí mismo. En este caso yo, que soy el verdadero propietario, quedo bajo dos grandes desventajas: en primer lugar , mi abogado, habiendo practicado casi desde su cuna el arte de defender la mentira, está muy fuera de tema al encontrarse defendiendo lo que es justo, una tarea antinatural que él siempre enfrenta con enorme extrañeza o con muy mala voluntad. La segunda contra es que mi abogado debe proceder con gran cautela a riesgo de sufrir una reprimenda por parte de los jueces y ser aborrecido por su pares como uno que degrada la práctica legal .
Por eso, tengo dos maneras de conservar mi vaca . La primera es ganarle al abogado de mi adversario pagándole honorarios dobles ara que luego él traicione su cliente insinuando que tiene la justicia de su lado.
El segundo camino es que mi abogado haga aparecer mi causa tan injusta como sea posible , permitiendo que mi vaca pertenezca a mi adversario y -si esto es hecho hábilmente -, ciertamente logrará los favores del jurado.
Los jueces son personas seleccionadas para decidir todas las controversias de propiedad y juicios de criminales y elegidas entre los abogados más hábiles , s viejos y haraganes que dedicaron su vida a desviarse de la verdad y la equidad, y viven en la fatal necesidad de favorecer el fraude , el perjurio y la opresión. Yo he conocido a algunos de ellos rechazar grandes propinas del lado de la justicia para no herir su facultad haciendo algo en contra de su naturaleza y cargo. Es una máxima entre estos abogados que cualquiera cosa que se haya hecho antes puede hacerse legalmente otra vez. Y por lo tanto toman especial cuidado en registrar todas las decisiones hechas anteriormente contra la justicia común y la razón de la humanidad .En el nombre de los precedentes, actúan como autoridades para justificar las opiniones más injustas y perversas, y los jueces nunca fallan en dictaminar de acuerdo a ello. En sus alegatos ellos tienen sumo cuidado en evitar entrar en los méritos de la causa , pero son ruidosos, violentos, tediosos y se detienen dilatando plazos en todas las circunstancias que no son el propósito. Por ejemplo, en el caso que hemos mencionado, ellos nunca quieren saber qué derecho o título tiene mi adversario sobre mi vaca sino si la susodicha vaca es roja o negra , si sus cuernos son cortos o largos, si la llevo a pastar al campo o a la plaza , si la ordeño en casa o fuera de ella, qué enfermedades tuvo y cosas por el estilo. , luego de las cuales ellos consultan los precedentes , dejan de lado la causa por un tiempo y en diez, veinte o treinta años llegan a un acuerdo.
Hay que observar que este grupo social tiene una extraña y peculiar jerga propia que ningún otro mortal puede comprender y con la cual son escritas todas las leyes, las cuales toman especial cuidado en multiplicar, de modo tal de confundir la verdadera esencia de la verdad y falsedad, de los bueno y lo malo, de modo de que lleve treinta años decidir si el campo que me dejaron a mí seis generaciones de ancestros me pertenece o es de un extraño que vive a tres millas .
En los juicios de personas acusadas por crímenes contra el estado el método es mucho más corto y simple. El juez envía su veredicto a los que están en el poder, después de lo cual ellos pueden colgar o salvar al criminal , preservando estrictamente todas las debidas formas de la ley .
En todos los puntos de su actividad los abogados son usualmente los más ignorantes y estúpidos entre los hombres, los más despreciables en conversaciones comunes, enemigos declarados de todo el conocimiento y aprendizaje e igualmente dispuestos a pervertir la razón general de la humanidad en cualquier tema de discusión así como en el de su propia profesión .
Mi amo no podía entender qué motivos podían incitar a esta raza de abogados a desgastarse y confundirse comprometiéndose en una confederación dedicada a la injusticia, sólo para perjudicar a sus semejantes , ni comprendió lo que yo le estaba diciendo al explicarle que los abogados hacían todo esto meramente por dinero.
Cuando uno de ellos tiene esta preciosa substancia puede comprarse lo que tenga en mente : la ropa más fina, las casas más nobles, grandes terrenos, las carnes y bebidas más caras y puede elegir entre las mujeres más hermosas . Por lo tanto, desde que el dinero te permite estas fiestas , nuestros Yahoos sienten que nunca puede tener suficiente de él para gastar o ahorrar y se encuentran inclinados por su tendencia natural al despilfarro o la avaricia . Le expliqué que el rico consume la fruta que sale de la labor del pobre y hay mil pobres por cada rico , la mayoría son pobres que viven en la miseria trabajando mucho todos los días por un salario mísero para que algunos pocos vivan en la abundancia.